Vivir en Chile equivale – en muchas regiones, desafortunadamente – a respirar smog durante la mitad del año. Recientemente la Unicef y científicos de todo el mundo han llamado la atención sobre los estragos que estaría causando en el desarrollo cognitivo de niños y jóvenes.
Diversos estudios han demostrado que tiene efectos nocivos en el cerebro y en funciones cognitivas tales como aprendizaje, memoria e incluso en la salud mental de las personas. Un estudio llevado a cabo por la UNICEF entregó resultados alarmantes: La contaminación afecta al cerebro en desarrollo en funciones como la memoria, aprendizaje, capacidad lingüística y motriz además de influir en la disminución del CI tanto verbal como no verbal junto con otras problemáticas neurológicas. “Por esto es importante seguir las sugerencias de las autoridades cuando se decretan alerta, pre-emergencia o emergencia ambiental. Principalmente no realizar deportes al aire libre para así evitar respirar grandes cantidades de aire contaminado y no fumar, entre otras”, apunta Beatriz Rivera, Directora Nacional de Orientación de Preuniversitario Pedro de Valdivia.
Según una nota de la BBC que cita una investigación del Departamento de Salud Ambiental del King´s College de Londres, los efectos se ven con mayor fuerza en la infancia y se arrastran durante la juventud y adultez, agudizándose nuevamente en la tercera edad: “Al principio de la vida, hay niños con dificultades de aprendizaje, autismo y trastornos por déficit de atención, y al final de la vida hay adultos con problemas neurodegenerativos como demencia, Alzheimer y Parkinson”, dice Frank Kelly, científico de este centro de estudios.
El Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona, España, está en la vanguardia del estudio de los efectos de la contaminación en el cerebro. En su más reciente estudio, midieron los niveles de contaminación en 39 escuelas de la ciudad. Después, examinaron el desarrollo cognitivo de los 3.000 alumnos. “Los niveles de contaminación en los salones de clase y los corredores estaban relacionados con el desarrollo de las funciones cerebrales y también con los síntomas clínicos de problemas de conducta”, le explicó a la BBC Jordi Sunyer Deu, el director científico adjunto e investigador de CREAL.
Este estudio muestra que los cerebros de los niños que están en áreas de polución alta responden más lentamente a los estímulos visuales y auditivos. “La conclusión general de nuestro estudio y de todos los estudios es que la contaminación del aire está ralentizando la actividad de nuestras neuronas”, señaló Sunyer Deu.
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